domingo, 4 de diciembre de 2011

Isaías 40, 1-4

Ayer, en la misa por mi abuelo, a la que tuve que asistir, una de las lecturas era del libro del profeta Isaías: "Consuélate...". Comencé a tararear mentalmente a Haendel y casi me olvidé donde estaba. Apenas presté atención al sermón. ¡Cuántas tonterías dicen los curas cuando comentan las lecturas! Sospecho que las mujeres que asisten a las misas no escuchan. Toda esa palabrería. Y parece que los curas tienen libros de sermones, para preparar los sermones.



A veces pienso que debería bastar con una misa al año, la que coincida con la semana santa. Curiosamente, no sé de ningún grupo religioso que se conforme con una sola misa, ni siquiera los testigos de Jehová, que tanta atención le prestan a las escrituras. Una misa debería ser suficiente.