lunes, 28 de enero de 2013

Semana a olvidar

Semana echada a perder. El miércoles me encontré en el híper a una antigua compañera de trabajo. No paraba de lanzar miradas curiosas a mi carrito. Tuve que decirle que todo me iba muy bien, magnífico, que estaba en la cumbre de toda buena fortuna. El caso es que me entretuvo un buen rato, por lo que me encontré a los alumnos de un centro educativo saliendo: ocupaban toda la calzada con esa arrogancia de cardumen. El dichoso encuentro me hizo cancelar la comida que tenía pensado preparar, y no me dejo libre para leer hasta las cuatro y media.

El viernes por la noche se produjo el segundo hecho: un amigo se empeñó en que fuéramos a tomar unas cervezas. Tres horas interminables hablando de tonterías, rodeados de gente hablando de tonterías. Por lo que pude comprobar más tarde, me perdí un día espectacular de Silvia Salgado.

El domingo, comida con la familia. Me estropeó el horario matutino y vespertino. 78,2 kilómetros y cuatro horas perdidas.

domingo, 13 de enero de 2013

La noche más oscura



La sala estaba vacía. Sólo ellos y yo. Como siempre, había llegado quince minutos antes: no me gusta entrar cuando las luces ya se han apagado. Me puse a hojear la revista que dan a la entrada. Leí el reportaje sobre la película de Tom Cruise. En la taquilla, todo el mundo estaba comprando entradas para verla; los millones y millones dedicados a la promoción habían merecido la pena.

Entonces llegaron. Su novio llevaba las entradas en la mano. Buscaba la butaca, dos o tres filas por delante de mí, a la derecha. Se la señaló y la dejó sola. Fue, supongo, al servicio. Ella se quitó la cazadora blanca y reveló un vestido rojo que dejaba a la vista su brazo izquierdo. Botas negras, medias transparentes con brillos. Se sentó en la butaca del pasillo, mostrándome una hermosa panorámica de sus piernas, de su brazo desnudo, de su cabello.

El tipo volvió. Ella descruzó las piernas y dejó que pasara. El fulano se quitó la cazadora. Vaqueros Dustin, camisa Easy Wear. Una pinta patética. ¡Y aquella mujer a su lado! ¿Por qué él sí?

La película no me gustó, me pareció ostentosa, petulantemente ridícula. El crítico de cine de COPE había dicho que estaba rodada con técnica de documental. ¿De verdad? Lamenté no haberme metido en la película de Tom Cruise. 

De todos modos, dejé que comenzaran a pasar los títulos de crédito. Ella se puso la cazadora. Morosamente. Salieron. Me apresuré a seguirles. La vi en la distancia. Blanco, rojo, carne y negro. Bonita combinación.

Subí al coche, me marché derrotado. Otra vez.

domingo, 6 de enero de 2013

La huida

—No, claro que no queremos —le respondimos.

Fuera, se escuchaban ruidos metálicos, voces, gritos espantosos: seguían buscando la manera de entrar. El sargento, tranquilo, mordisqueaba un trozo de pan: estaba jugando con nuestro miedo.

—Entonces, ¿estáis de acuerdo en que tenemos que salir? —dijo por fin.

Sí, no había otra opción: tendríamos que salir, pasar entre ellos, correr, tratar de escapar. Alguno de nosotros no lo conseguiríamos. Yo creí que sería uno de los que lo lograría.

—Tú —me dijo el sargento—, tú serás el primero en salir.

Todos clavaron sus ojos fieros en mí.

miércoles, 2 de enero de 2013

Hilarante

—¿Qué? Ja, ja, ja, ja, ja, ja. ¿Creías que…? Ja, ja, ja. ¡Qué divertido!

—Me habían dicho que…

—Ja, ja, ja, ja, ja.

martes, 1 de enero de 2013

Propósitos de año nuevo



Colgué el teléfono y regresé a la habitación de estar. Traté de olvidarme de él, de lo que me había dicho. Apreté el play e intenté seguir viendo la película como si su llamada no se hubiera producido, pero no pude: no podía quitármelo de la cabeza. Me sentía completamente derrotado. Resistí diez, quince minutos antes de ir a la cocina para coger la bolsa de fritos que había comprado hacía unas semanas y que me había impuesto no abrir. También me serví un vaso de cerveza. Devoré los fritos en unos pocos minutos. La bolsa de patatas fritas estaba casi vacía, por lo que no me sentí tan mal cuando me levanté para buscarlas. Llené otro vaso de cerveza y allí mojé las patatas. Estaban deliciosas. Comencé a zapear y me encontré con una película española. Belén López, la protagonista. Otro propósito de año nuevo que se iba al garete.