viernes, 20 de diciembre de 2013

domingo, 1 de diciembre de 2013

Libros de noviembre

Estos son los libros que he leído en un papagénico noviembre:
  • Mortalidad
  • El animal moribundo
  • La vida es un guión
  • Ambiciones y reflexiones
  • El pecho
  • 50 grandes masacres de la historia
  • Aforismos en el laberinto
  • Persona non grata
  • El mariscal de las tinieblas
  • Cartero
  • Lo que más me gusta es rascarme los sobacos
  • El busto del emperador
  • El capitán Richard F. Burton


viernes, 1 de noviembre de 2013

Libros de octubre

  • El profesional (Playing for Pizza)
  • Micro
  • Yo fui amigo de Hitler
  • Pacific Alamo
  • Historia virtual de España
  • Los papas malos
  • Los acuarios de Pyongyang
  • El libro de lo insólito pero cierto
  • Blade Runner. Lo que Deckard no sabia
  • Luces de bohemia
  • Cuando ser la mejor no es suficiente
  • Historias líquidas
  • Retratos y encuentros
  • Colapso
  • Historias indiscretas
  • Polvo eres
  • Armas, gérmenes y acero
  • Breve historia de la creación de los pueblos árabes
  • La intrusa
  • Vidas hipotecadas
  • Nueva York (E.M.)

martes, 1 de octubre de 2013

Libros de septiembre

  • Qué fue la Corona de Aragón
  • Viajes y experiencias
  • En la corte de Ronnie
  • Estupor y temblores
  • Enola Gay
  • UR
  • Guerra de Vietnam. Una historia oral
  • Relato de un náufrago
  • Antes que anochezca
  • La hija del capitán
  • Ha vuelto
  • Carmen Polo, señora de El Pardo
  • Diccionario para un macuto
  • Curiosidades del planeta Tierra
  • Bandidos
  • Cuando comer es un infierno
  • La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile
  • Un dólar cada mil kilómetros
  • Estado contra mercado
  • Los siete pilares de la sabiduría
  • Los gobernantes más locos de la historia

domingo, 29 de septiembre de 2013

El perseguidor perseguido


–¿Te has fijado en ese payaso que nos sigue?

–Hasta mami se ha dado cuenta. El gordinflón ese ha pasado antes cerca de mí y se ha quedado mirándome los pies.

–¿Vamos a echarle una foto?

–¿Una foto? ¿Estás loca?

–Sí, será divertido.

–¿Cómo lo vamos a hacer?

–Adelántate y ve por el pasillo central. Cuando veas que lo tienes detrás, haz algo, no sé.

–¿Qué quieres que haga?

–Ponte bien los pantalones.

–¿Los pantalones? ¡Estás loca! ¡Qué ideas se te ocurren!

–Vamos a hacerlo.

–Está bien. Asegúrate bien de tomar la foto.

–No te preocupes. Ese payaso va a estar pronto en el Instagram.

–¡Qué mala eres!

viernes, 20 de septiembre de 2013

Matilde Urbach


Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo abrazo desfallecía Matilde Urbach.

martes, 17 de septiembre de 2013

El agujero negro


Nos quedamos mirando absortos aquella maravilla. Estábamos alucinados. De pronto, uno de los espectadores comenzó a ser absorbido. Se desvaneció en el interior. Ocurrió tan rápido que sólo cuando otra mirón comenzó a desaparecer nos dimos cuenta de lo que estaba ocurriendo. Tuvimos que salir huyendo. Aquel agujero negro era extremadamente peligroso.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Libros de agosto

  • Vidas escritas
  • En casa. Una breve historia de la vida privada
  • Julio César
  • Cómo descubrimos el petróleo
  • Cómo descubrimos los números
  • Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
  • Superficiales
  • El discurso verdadero
  • Guía de la Biblia. Antiguo Testamento
  • La imbecilidad minuciosa
  • Annapurna. El primer ochomil
  • Hoy caviar, mañana sardinas
  • Estrellas en el Annapurna
  • Ricardo III
  • Everest 1996
  • Los lenguajes perdidos
  • Mal de altura
  • Crónicas de la América profunda
  • Cuentos breves y extraordinarios
  • El capote
  • La agonía de Francia
  • Al sur de Granada
  • Stalingrado
  • El cura de Tours
  • Porno para mujeres
  • Eclesiastés
  • El suplicio de las moscas
  • Siete años en el Tíbet
  • El libro de Marco Polo
  • Cuadernos en octava
  • La batalla de Creta
  • Genjis Kan, emperador de todos los hombres
  • Primer viaje alrededor del mundo
  • The Beginner's American History
  • Trapos sucios
  • Diario de un fiscal rural
  • El caso Bárcenas


lunes, 26 de agosto de 2013

martes, 6 de agosto de 2013

Relato de agosto

Esta mañana, como todas las mañanas, he ido a la biblioteca municipal para hojear el Ideal. ¿Habrán publicado hoy mi relato?

En la sala hay uno o dos lectores de periódicos; una chica que lleva sandalias de tiras está enfrascada en la lectura de un BOE ajado. El Ideal lo tiene el viejo de los anteojos que, lo sé muy bien, tarda un siglo en pasar cada página: voy a perder toda la mañana.

–¿Me puede dejar que vea una cosa?

Unos ojos grises, malignos, de trasgo, por encima de las gafas.

–¿Qué?

–Que si puedo mirar una cosa.

–Lo estoy leyendo yo. Ahora te lo dejaré cuando acabe.

–Sólo quiero mirar una cosa.

–Ya mismo acabo.

Me acerco a los anaqueles y busco un buen libro. El Summa Artis no me parece adecuado: no es lo suficientemente macizo. Me decanto por la Hispanoamericana. Cojo un tomo al azar. Me acerco por detrás y le estampo el libro en la cabeza. Los otros hacen como si no hubiera sucedido nada.

Arranco el periódico de los dedos del viejo y comienzo a hojearlo, tratando de no mancharme con la sangre.

–¿Qué le ha pasado? –me pregunta el bibliotecario.

–Ni idea. Ya estaba así cuando llegué.

El relato suele estar a partir de la página 40, en el popurrí de la sección de verano. Paso las páginas de adelante atrás y de atrás adelante. ¡Nada!

–¿Se puede apartar? –me pregunta el paramédico.

Está metiendo un trozo de masa encefálica en el cráneo.

–Éste va a dar trabajo –me dice–. Ahora que está el hospital con una planta entera cerrada.

No le respondo. Doy otra vuelta al periódico. ¡Nada! No consideran que merezca la pena desperdiciar un cuarto de página para colocar mi relato. Dedican, empero, páginas y páginas a las nadadoras españolas. Un cuerpo en biquini resulta más atractivo que un relato sobre una cajera de supermercado que asesina a los clientes que le tocan las narices.

Arrojo el periódico sobre la mesa. Me voy.

En la puerta, paso al lado de una estudiante de bachillerato que lleva una camiseta transparente y que se fuma un pitillo para descansar de derivadas y métodos de integración. Un coche de policía está aparcando. Tiene un bollo en la puerta. 

Camino lento, triste, derrotado.

miércoles, 31 de julio de 2013

Libros de julio

  • Historia del mundo contada para escépticos
  • Autobiografía de Darwin
  • Proverbios
  • 101 cuentos clásicos de la India
  • Julio César. El hombre que pudo reinar
  • Biblia del ateo
  • Writing Movies for Fun and Profit
  • Danza con dragones
  • Antihielo
  • Festín de cuervos
  • Historia universal de la infamia
  • Los litigantes
  • Los hijos de Sánchez
  • FDC: La colonia perdida
  • En el piso de abajo
  • FDC: Las brigadas fantasma
  • El pan a secas
  • Hitler y Stalin. Vidas paralelas 1
  • Fuerzas de Defensa Coloniales: La vieja guardia
  • 300 días en Afganistán
  • El verdadero Pablo
  • La Isla del Tesoro Z
  • Diario de un marine
  • Holocausto
  • La última batalla
  • 150 Movies You Should Die Before You See
  • Sombra 81


sábado, 27 de julio de 2013

Lucía Etxebarria


Lucía Etxebarria publica un nuevo libro. Casi de manera inmediata su versión electrónica ya está disponible en alguna web con sede en Montenegro o Kazajistán. La escritora se queja: no puede ser que la gente se aproveche de un trabajo de meses: ¿es que alguien considera normal entrar en una frutería y llevarse un kilo de manzanas sin pagar? Acuciada por las deudas, tiene que entrar en un programa de Telecinco, Campamento de Verano. 

Hace unas noches, zapeando, contemplé aturdido una escena  atroz: alguien permanecía ovillado en el interior de una cabaña de madera mientras que dos energúmenos pateaban las paredes y se reían: puro matonismo de instituto unido a la telebasura. ¿Estaba viendo Network Television, esa cadena de pesadilla imaginada por Stephen King? No, Telecinco, la cadena de pesadilla fundada por Berlusconi. La persona que estaba echada en el suelo llorando era Lucía Etxebarria. La presentadora, con la camisa estratégicamente desabotonada, describía la escena como se tratara de algo natural, hasta lógico. ¡Normal que alguien sea vapuleado en HD!

En el mundillo literario español Lucía Etxebarria es, era una trasgresora, que no siempre evitó la polémica, sino todo lo contrario. Agobiada por una deuda con Hacienda, creyó que podría entrar en un programa de telerrealidad y salir indemne. No lo ha logrado. Y, repito, todo comenzó porque, después de pasar meses encerrada, escribiendo, su libro fue pirateado en internet. Yo no la insulté, no me reí de ella, no coceé las paredes de su casa, ni siquiera me descargué su libro, pero no se puede decir que sea inocente.  

Había que crear espectáculo
No me encuentro bien. Me equivoqué al entrar allí. Cometí un error y los errores se pagan. Yo allí cobraba, por una semana, más que por un libro que tardo dos años en redactar. Algunos de mis compañeros viven sólo de la televisión. Yo no me di cuenta es de que había que crear espectáculo y de que la mitad de las broncas eran por eso. Y te vas aislando y te vas deprimiendo. Fui tonta porque me metí en algo que no podía controlar. Le debo disculpas a mi madre porque ella me dijo que no lo hiciera... Yo sabía como funcionaban los realities porque tengo varios amigos que trabajan en este tipo de programas pero en casa ni siquiera tengo televisión. Pero es que cuando estás dentro es muy diferente, todo son gritos, insultos y descalificaciones... Desde la primera bronca yo no me vi capaz de responder porque sabía que mi madre me estaba viendo y le prometí que no iba a gritar. Ellos no han tenido nunca una discusión calmada. Y yo me empecé a aislar... Cuando me gritaban y ya llevaban diciéndome un rato que no tengo ni idea de nada, pues decía que yo tengo dos carreras, que es una cosa que parece que molesta bastante... No voy a entrar en el juego de que la culpa ha sido mía. No creo que haya hecho nada malo. No sabía cómo funcionaba este juego, pero en mi mundo, que podría ser el mundo de cualquiera, no el del Premio Planeta, si alguien te pone verde un día al día siguiente lo hace también.

lunes, 1 de julio de 2013

El pospartido

Había sido una paliza: el Equipo Rojo había encajado tres goles y no había sido capaz de meter ninguno. Cuando el árbitro pitó el final, los jugadores arrastraron los pies hacia el área que habían estado defendiendo durante la segunda parte: allí esperarían el veredicto.

Los jugadores del Equipo Amarillo, por su parte, estaban exultantes: no se habían limitado a derrotar al hasta entonces equipo campeón, le habían vapuleado.

–¡AHORA COMENZARÁ LA VOTACIÓN DEL JUGADOR MÁS DECISIVO! –anunció en seis idiomas la megafonía del estadio.

Aolebra, lateral derecho del Equipo Rojo, era consciente de que no había hecho un buen partido, pero su misión había sido la más difícil: tratar de frenar a la estrella del Equipo Amarillo. Se dio cuenta de que sus compañeros le evitaban. Sí, él iba a ser uno de los chivos expiatorios. ¡Demonios, nadie hubiera sido esa noche capaz de frenar a Ramyen!

En los seis continentes, cientos de millones de espectadores estaban votando. Algunos lo harían tres, cuatro veces: querían asegurarse que ganara su jugador favorito, aunque esa noche el resultado estaba bastante claro. Ramyen sólo había hecho subir un tanto al marcador, pero había sido un golazo antológico. Sallisac no había podido hacer nada. Es lo que le estaba diciendo a Somar.

–Me dobló los dedos. Fue un trallazo, colega.

–Eso era imparable –decía Somar, que todavía le daba vueltas al penalti que había fallado.

–Y el primer gol… Tuvimos mala suerte. Derf se encontró con la pelota en el suelo y tuvo la suerte de empujarla.

Somar le puso la mano en el hombro a Sallisac.

–Vamos, ánimo. Hemos luchado durante todo el campeonato. La gente lo ha visto.

–¡YA SABEMOS QUIEN HA SIDO EL MEJOR JUGADOR DEL TORNEO! –anunció la megafonía. 
Los jugadores se volvieron hacia el videomarcador–. ¡¡EL MEJOR JUGADOR HA SIDO… RAMYEN!!
Comenzaron a repetir el segundo gol, el que Ramyen marcó a dos minutos del final de la primera parte, el gol que acabó hundiendo al Equipo Rojo.

El delantero del Equipo Amarillo se dirigió al centro del campo y recogió el trofeo. Saludó al público. Desde el área del Equipo Rojo, Ivax sintió un nudo en el estómago. Él había obtenido ese trofeo en el anterior torneo, pero en éste no habían dejado de criticarle desde el primer partido. Hasta sintió un poco de temor por lo que pudiera ocurrir en la siguiente votación… No, imposible. Otros jugadores lo habían hecho peor: Aolebra, que había dejado un hueco tremendo en la banda derecha; Somar, empeñado en meter gol para impresionar a su novia; Sallisac, que ya no paraba nada; Serrot, el delantero que no metía goles; Euqip, que había sido expulsado; Ordep, que había fallado un gol cantado en el momento decisivo.

Aolebra contempló el trofeo que exhibía Ramyen. Quizá hubiera debido castigarle más los tobillos. Ohniroum, su anterior entrenador, le habría animado a hacerle faltas continuas a Ramyen. Pero este Euqsobled… ¿Les había dicho que vigilaran las faltas?

–AHORA COMIENZA LA NOMINACIÓN DE LOS TRES PEORES JUGADORES –anunció la megafonía.

Los jugadores del Equipo Rojo se abrazaron, como era costumbre. Dejaron a Aolebra en uno de los extremos.

–Vamos, compañeros, que no lo hemos hecho tan mal –gritó Somar–. No lo hemos hecho tan mal.

El campo estalló en aplausos cuando salió la excavadora. Se dirigió hacia una de las pocas zonas libres del estadio: se llevaban celebrando partidos allí desde hacía más de sesenta años; pronto estaría lleno. Aolebra pensó por unos instantes que bajó sus pies se encontraban decenas de futbolistas ilustres. Jugadores que aparecían en todos los libros de historia.

–¡¡ATENCIÓN!! ¡¡ATENCIÓN!!

Los jugadores del Equipo Rojo sintieron un estremecimiento. La mayoría de ellos habían pasado por la misma situación en otras ocasiones, pero cada vez era tan terrible como la primera.

–LOS ESPECTADORES DE TODO EL MUNDO HAN VOTADO. LOS PEORES JUGADORES DE LA FINAL HAN SIDO… AOLEBRA…, SALLISAC Y… ATAM.

El campo estalló en un escándalo terrible: pitidos, gritos. Los jugadores que habían sido indultados se dirigieron rápidamente a la salida. Aolebra se dio cuenta de que sentía una cierta alegría: ¿creía Sallisac que se iba a librar? Siempre pensó que era un jugador sobrevalorado. Pero, ¿Atam? Le miró: el centrocampista parecía haber sufrido un ataque cataléptico.

Poco a poco, el estadio se fue quedando sin público. Apagaron casi todos los focos. En un extremo, después de que retiraran un trozo de césped, la excavadora había comenzado a sacar paletadas de tierra.

–Hemos hecho todo lo posible, colegas –dijo Sallisac–. Prefiero que me haya sucedido esto en una final que hemos perdido por mala suerte que en cualquier otro partido. Los once merecíamos estar aquí. Los once o ninguno.

Atam no estaba escuchando esas palabras de consuelo. No había parado de repetirse que había jugado como siempre, había jugado como siempre, había jugado como siempre.

–¿Están preparados? –preguntó una voz.

Sólo entonces Aolebra se dio cuenta de que no había marcha atrás. Tendría que haber machacado a faltas a ese maldito Raymen, haberle destrozado la rodilla.

–Vamos.

Libros de junio

  • El informe Hitler
  • La guerra civil en la frontera
  • Las miserias de la guerra
  • La roja insignia del valor
  • El secreto de Bretón
  • Ángeles asesinos
  • Don Jaime. El trágico Borbón
  • Adolfo Suárez
  • Honrarás a tu padre
  • El gran rescate
  • Palabra de entrenador
  • El sueño de mi desvelo
  • It’s only a movie
  • Asesinato en el Orient Express
  • Digueu-li Catalunya
  • Fiebre en las gradas
  • The Mammoth Book of Conspirations
  • John Ford


viernes, 21 de junio de 2013

Ahora, ajedrez



jueves, 6 de junio de 2013

sábado, 1 de junio de 2013

Sólo 16 libros en el desastroso mayo

  • El pianista del gueto de Varsovia
  • La cruda verdad
  • Grandes desastres tecnológicos
  • Matadero Cinco
  • El derecho a la pereza
  • China and the Chinese
  • El libro de los hechos insólitos
  • La gran evasión
  • Los niños del Brasil
  • Las tres vidas de Stefan Zweig
  • 16 escalones antes de irme a la cama
  • Mario y el mago
  • Historias del calcio
  • Cristo con un fusil al hombro
  • Homenaje a Cataluña
  • Adiós, princesa

miércoles, 1 de mayo de 2013

Marzo y abril

Abril

  • Grandes conspiraciones de la historia
  • El misterio de Olga Chejova
  • Los ovnis, ¡vaya timo!
  • Germania
  • La vaquilla
  • Einstein vs. Predator
  • La guerra de dos mundos
  • Mecanoscrito del segundo origen
  • ¡Tierra!
  • Jesús de Nazaret. Nada es lo que parece
  • La mula
  • La batalla del Ebro
  • Historia de las leyendas medievales
  • A la puta calle
  • La conspiración lunar ¡vaya timo!
  • El águila de la novena legión
  • Calumnia que algo queda
  • La legión de los condenados
  • Breve historia de la Primera Guerra Mundial
  • Juan Pujol


Marzo:

  • Exilio. Diario de una invasión zombi
  • La guerra del general Escobar
  • IG Farben
  • Malcolm X. Vida y voz de un hombre negro
  • Diario de una invasión zombi
  • Los grandes enigmas de la Segunda Guerra Mundial 1
  • Los grandes enigmas de la Segunda Guerra Mundial 2
  • Memorias de un exilio
  • Operaciones secretas de la Segunda Guerra Mundial
  • Los grandes enigmas de la Primera Guerra Mundial
  • Anotaciones sobre Hitler
  • The First World War
  • Breve historia del espionaje
  • Historia criminal del comunismo
  • La Segunda Guerra Mundial (A.B.)
  • Juana Azurduy
  • El Reich africano
  • Todo lo que era sólido
  • El asesinato de los Estados Unidos
  • El conde de Chateleine
  • Raíces
  • Las minas del rey Salomón
  • Taras Bulba
  • Confesiones de una doncella inglesa
  • El águila emprende el vuelo
  • Ha llegado el águila
  • La Alta Edad Media
  • Historia de un prisionero de Marruecos
  • El cartero siempre llama dos veces
  • Diga treinta y tres. Anecdotario médico
  • Historia del Imperio ruso


domingo, 28 de abril de 2013

Flash Chess

¡Imposible ganar!

Pero lo conseguí

Me gusta jugar al Flash Chess de Yahoo. Estoy tan habituado a perder en todo lo que emprendo que me gusta ganarle a una una máquina programada para no ganar.


sábado, 27 de abril de 2013

Refutación de Aristóteles



Hizo bien Jorge de Burgos en quemar aquel maldito libro de Aristóteles. ¡Ojalá que todos sus volúmenes hubieran desaparecido! No podía estar más equivocado cuando defendía el término medio. ¡Odio el término medio! No soy ni demasiado listo ni demasiado ignorante como para ser feliz.

sábado, 16 de marzo de 2013

Silvia Salgado, jubilada

La sustituta

El mismo día en que el gobierno anuncia el endurecimiento de la jubilación anticipada, Televisión Española retira a mi querida Silvia Salgado, la única felicidad semanal que me quedaba.

"Que la suerte les acompañe."

viernes, 1 de febrero de 2013

El último mes

1 de enero:

  • Battle of Iwo Jima
  • La leyenda del Valle Dormido
  • Novísimas aventuras de Sherlock Holmes
  • Dexter 3x8 vose


2 de enero:

  • La guerra interminable
  • Episodios del Volkitsch
  • Barra de pan: 0,65
  • Dexter 3x9 vose
  • Dexter 3x10 vose

3 de enero:
  • Chocolate con churros: 7,50
  • Lotería: 20,00
  • Eci: 9,95
  • El hobbit
  • Dexter 3x11 vose
  • Dexter 3x12 vose

4 de enero:
  • Queipo de Llano
  • Las alas del águila
  • Piso

5 de enero:
  • Tarde de toros

6 de enero:
  • The Racketeer
  • La Virgen de los sicarios
  • Diván: Conversaciones con Enrique Bunbury
  • Game of Thrones 2x5 vose

7 de enero:
  • El general
  • Sangre en el Volga
  • Sobreviviente de Auschwitz
  • Un campeón desparejo
  • Game of Thrones 2x6 vose

8 de enero:
  • Entradas de cine: 40,00

9 de enero:
  • Alcampo: 22,82
  • Gasoil: 29,34
  • Game of Thrones 2x7 vose
  • Game of Thrones 2x8 vose

11 de enero:
  • 261,4 km

12 de enero:
  • 95,0 km
  • Café con churros: 4,40
  • Café con leche y refresco de limón: 3,05
  • Carrefour: 28,07
  • La noche más oscura
  • Game of Thrones 2x9 vose
  • Game of Thrones 2x10 vose

13 de enero:
  • Empires of the World. A Language History of the World
  • Te dejo es jódete al revés

14 de enero: 
  • Homeland 2x1 vose

16 de enero:
  • Alcampo: 15,28
  • Gasoil: 29,34
  • Homeland 2x2 vose

17 de enero:
  • Napoleón Bonaparte. Una biografía íntima

18 de enero:
  • Comida: 10,00
  • 267,1 km

19 de enero:
  • Hermanos de sangre
  • Viviendo
  • Homeland 2x3 vose
  • Homeland 2x4 vose
  • Homeland 2x5 vose
  • Piso

20 de enero:
  • Desterrados de la galaxia
  • Homeland 2x6 vose

21 de enero:
  • Homeland 2x7 vose

22 de enero:
  • El coleccionista de huesos
  • Homeland 2x8 vose

23 de enero:
  • Alcampo: 10,53
  • Gasoil: 29,34
  • Las leyes de la frontera
  • Un día difícil
  • Homeland 2x9 vose
  • Homeland 2x10 vose

24 de enero:
  • El danzarín de la muerte

25 de enero:
  • Comida: 10,00
  • Cervezas: 6,00
  • 270,7 km

26 de enero:
  • Desafiando a Hitler
  • Mi país inventado
  • Homeland 2x11 vose
  • Homeland 2x12 vose
  • Las crónicas de Riddick vose

27 de enero:
  • Spain
  • 78,2 km

28 de enero:
  • The Adventure of English
  • Comida: 10,00
  • Café con leche: 1,20

30 de enero:
  • Alcampo: 18,30
  • Gasoil: 34,23
  • La silla vacía

31 de enero:
  • Stories That Words Tell Us
  • El hombre que corrompió Hadleyburg
  • Piso


lunes, 28 de enero de 2013

Semana a olvidar

Semana echada a perder. El miércoles me encontré en el híper a una antigua compañera de trabajo. No paraba de lanzar miradas curiosas a mi carrito. Tuve que decirle que todo me iba muy bien, magnífico, que estaba en la cumbre de toda buena fortuna. El caso es que me entretuvo un buen rato, por lo que me encontré a los alumnos de un centro educativo saliendo: ocupaban toda la calzada con esa arrogancia de cardumen. El dichoso encuentro me hizo cancelar la comida que tenía pensado preparar, y no me dejo libre para leer hasta las cuatro y media.

El viernes por la noche se produjo el segundo hecho: un amigo se empeñó en que fuéramos a tomar unas cervezas. Tres horas interminables hablando de tonterías, rodeados de gente hablando de tonterías. Por lo que pude comprobar más tarde, me perdí un día espectacular de Silvia Salgado.

El domingo, comida con la familia. Me estropeó el horario matutino y vespertino. 78,2 kilómetros y cuatro horas perdidas.

domingo, 13 de enero de 2013

La noche más oscura



La sala estaba vacía. Sólo ellos y yo. Como siempre, había llegado quince minutos antes: no me gusta entrar cuando las luces ya se han apagado. Me puse a hojear la revista que dan a la entrada. Leí el reportaje sobre la película de Tom Cruise. En la taquilla, todo el mundo estaba comprando entradas para verla; los millones y millones dedicados a la promoción habían merecido la pena.

Entonces llegaron. Su novio llevaba las entradas en la mano. Buscaba la butaca, dos o tres filas por delante de mí, a la derecha. Se la señaló y la dejó sola. Fue, supongo, al servicio. Ella se quitó la cazadora blanca y reveló un vestido rojo que dejaba a la vista su brazo izquierdo. Botas negras, medias transparentes con brillos. Se sentó en la butaca del pasillo, mostrándome una hermosa panorámica de sus piernas, de su brazo desnudo, de su cabello.

El tipo volvió. Ella descruzó las piernas y dejó que pasara. El fulano se quitó la cazadora. Vaqueros Dustin, camisa Easy Wear. Una pinta patética. ¡Y aquella mujer a su lado! ¿Por qué él sí?

La película no me gustó, me pareció ostentosa, petulantemente ridícula. El crítico de cine de COPE había dicho que estaba rodada con técnica de documental. ¿De verdad? Lamenté no haberme metido en la película de Tom Cruise. 

De todos modos, dejé que comenzaran a pasar los títulos de crédito. Ella se puso la cazadora. Morosamente. Salieron. Me apresuré a seguirles. La vi en la distancia. Blanco, rojo, carne y negro. Bonita combinación.

Subí al coche, me marché derrotado. Otra vez.

domingo, 6 de enero de 2013

La huida

—No, claro que no queremos —le respondimos.

Fuera, se escuchaban ruidos metálicos, voces, gritos espantosos: seguían buscando la manera de entrar. El sargento, tranquilo, mordisqueaba un trozo de pan: estaba jugando con nuestro miedo.

—Entonces, ¿estáis de acuerdo en que tenemos que salir? —dijo por fin.

Sí, no había otra opción: tendríamos que salir, pasar entre ellos, correr, tratar de escapar. Alguno de nosotros no lo conseguiríamos. Yo creí que sería uno de los que lo lograría.

—Tú —me dijo el sargento—, tú serás el primero en salir.

Todos clavaron sus ojos fieros en mí.

miércoles, 2 de enero de 2013

Hilarante

—¿Qué? Ja, ja, ja, ja, ja, ja. ¿Creías que…? Ja, ja, ja. ¡Qué divertido!

—Me habían dicho que…

—Ja, ja, ja, ja, ja.

martes, 1 de enero de 2013

Propósitos de año nuevo



Colgué el teléfono y regresé a la habitación de estar. Traté de olvidarme de él, de lo que me había dicho. Apreté el play e intenté seguir viendo la película como si su llamada no se hubiera producido, pero no pude: no podía quitármelo de la cabeza. Me sentía completamente derrotado. Resistí diez, quince minutos antes de ir a la cocina para coger la bolsa de fritos que había comprado hacía unas semanas y que me había impuesto no abrir. También me serví un vaso de cerveza. Devoré los fritos en unos pocos minutos. La bolsa de patatas fritas estaba casi vacía, por lo que no me sentí tan mal cuando me levanté para buscarlas. Llené otro vaso de cerveza y allí mojé las patatas. Estaban deliciosas. Comencé a zapear y me encontré con una película española. Belén López, la protagonista. Otro propósito de año nuevo que se iba al garete.