domingo, 28 de octubre de 2012

Los gusanos



Una de aquellas cosas se movía. Encendiste la luz y te diste cuenta de que eran una especie de gusanos, enormes, monstruosos, blancos. Rápidamente buscaste el cepillo de la cocina y los empujaste por el agujero del desagüe. En la pared había un bicho aún más grande, marrón, cubierto de pelos. Quizá, el que ponía los huevos. Lo empujaste al suelo y lo aplastaste. Dejó una marca oscura en el suelo cuando lo empujaste por el desagüe.

Decidiste fregar el cuarto de baño con lejía, pero no te queda, no tienes en casa. Nada de lejía. Tendrías que salir para conseguirla, vestirte, quizá encontrarte con alguien en la calle. No sabes si odias más que aquellos monstruosos gusanos reaparezcan o tener un mal encuentro en la calle.

sábado, 20 de octubre de 2012

She is still here



La semana pasada me llevé un buen sorpresón cuando presentó el programa la sustituta. No pude soportarlo. ¿Qué le había pasado a ella? ¿Estaba enferma? ¿Ha sido otra de las víctimas de las purgas de la nueva dirección de RTVE? ¿Habían decidido jubilarla? No, nada de eso. ¡¡Ha regresado!! Podré seguir viéndola los viernes por la noche, seguirá siendo el preludio de mis dos días de libertad semanales.

martes, 16 de octubre de 2012

Mi móvil


Mi móvil, mi maravilloso móvil... ¡se ha estropeado! Lo tenía desde hace ocho años, lo compré el mismo año en que ZP ganó rubalcabamente las elecciones. Ahora mi querido móvil se ha quedado sin batería; no hay forma de recargarlo.

lunes, 8 de octubre de 2012

La bancaria

Cuando la vi, sentí curiosidad por saber si llevaba pantalones o falda. De hecho, me aposté a mí mismo que se había puesto pantalones. Siete a uno. Tiene las piernas muy delgadas, esqueléticas; me recuerdan los cabos de un legón. Ella lo sabe y evita las faldas, o se tapa las piernas con botas de caña alta. 

Los coches que había aparcados me la tapaban, pero me di cuenta de que ella pasaría justo entre dos cuando yo llegara a su altura. Deseé que se hubiera puesto una falda. No tuve oportunidad de verlo. Había un todoterreno mal aparcado y un cupé bajaba a toda velocidad desde la plaza del Ayuntamiento. Supe que iba a invadir mi carril. Lo adiviné. Me eché a la derecha y el cupé pasó rozándome. 

Miré por el retrovisor, pero ella ya había desaparecido. ¿Qué diablos llevaba puesto?

domingo, 7 de octubre de 2012

Nefernefernefer



“Mi venganza había sido muy infantil, porque había salido de la Casa de la Muerte más rica que antes, y el único inconveniente que tuvo por causa de su estancia en aquel antro fue el olor a cadáver de que su piel se impregnó y que le impidió durante algún tiempo ejercer su profesión. De todos modos, Neferne¬fernefer tendría seguramente necesidad de un poco de reposo después de haber estado con los embalsamadores.” 

En Sinuhé el Egipcio, la cortesana Bellabellabella es uno de los personajes la que más llama la atención: su capacidad de sobrevivir a cualquier naufragio, su falta de escrúpulos, su desenvoltura, su pericia para salir adelante en el horror de la Casa de la Muerte. 

¿Y si Mika Waltari hubiera escrito su libro para vengarse de una Bellabellabella finesa? Se puede escapar de la Casa de la Muerte, pero no de una novela.