martes, 31 de enero de 2012

Alumnos nazis



Hoy, entre una clase y otra, iba con prisa: tenía que dejar algo en secretaría y apresurarme para no llegar tarde al aula. De pronto, me encontré con una alumna que, de buenas a primeras, me lanzó un insulto. Me sentí humillado, terriblemente humillado. Cuando salí de la secretaría, todavía bajo los efectos de aquella ofensa, me acerqué a la alumna, que seguía sentada en el mismo sitio con una sonrisa perversa en su rostro, y le dije que no volviera a dirigirme la palabra nunca más.

A veces, me siento como esos judíos de Varsovia que temían encontrarse con un soldado alemán por la calle: éste podía golpearles, insultarles, cortarles la barba, dispararles...

lunes, 30 de enero de 2012

Ongoing

Esta mañana he echado por fin los papeles del concurso de traslados. He incluido el tiempo de servicio como interino, como aconsejaban los sindicatos. Cuando estaba introduciendo la instancia en el sobre, el administrativo me ha advertido de que me faltaban méritos.

-Tienes que adjuntarlos todos -me ha dicho.

Como me he hecho el sordo, él me ha lanzado una mirada enfurecida.

No ha sido el único rapapolvo de hoy. Hace dos semanas tuvimos que entregar un análisis de los resultados de la 1ª evaluación y una propuesta de mejora. Yo lo hice como pude porque no tenía ni idea de lo que me pedían. ¿Mejorar los resultados? Si he aprobado a todos los alumnos que han hecho algo, que han trabajado todos los días, sin tener en cuenta la nota de los controles. ¿Tengo que aprobar también a los que vengan a clase? Hoy, en el claustro, el director ha criticado a algunos profesores por presentar unas propuestas de mejora ridículas, redactadas para salir del paso.

domingo, 22 de enero de 2012

De amicitia



Edmundo Valadés habla en una entrevista de su amistad con Juan Rulfo. Su amistad duró años y años. Sí, sentía curiosidad por saber por qué Rulfo no publicaba nada. Después de El llano en llamas y Pedro Páramo, parece que decidió dejar de escribir.

-¿No sentía curiosidad por preguntárselo? -le inquirió el entrevistador.

-Sí, desde luego -respondió Valadés-. Pero sentía que nuestra amistad reposaba en ese sobreentendido. Si yo le hubiera preguntado por qué no escribía nada, si le hubiera pedido un cuento para la revista, nuestra amistad se hubiera resentido , hubiera acabado.

viernes, 20 de enero de 2012

Viernes



Llega el esperado viernes. Comienzan dos días llenos de oportunidades: puedo leer, ir al cine, ver alguna serie, escribir un relato. Sin embargo, me siento derrotado, me encuentro lleno de la suciedad de la semana, no tengo ganas de nada. Estoy, como diría Stendhal, a.b.d.p.

jueves, 19 de enero de 2012

Mercadona and the art of queueing

A veces, paso semanas, meses, boicoteando el Mercadona. Estuve casi medio año sin comprar cuando comenzaron a cobrar las bolsas.

Sin embargo, lo peor que llevo del Mercadona son las colas, las dichosas colas, colas larguísimas. Casi siempre es lo mismo: tengo que ponerme en una larga cola y, cuando está a punto de tocarme, abren otra caja. Y la gente que está detrás de mí consigue ser atendida antes. A veces pienso que para ellos esa victoria supone más que la de Sedán para los alemanes del Segundo Reich. Un Sedán que tienen que repetir diariamente.

Hoy, comencé a buscar cajas con pocos clientes. De pronto, me encontré una en la que una joven terminaba de pagar. Me dirigí allí. Una mujer de mediana edad, que guardaba cola en otra caja, me vio acercarme y se apresuró a tirar algo sobre la cinta deslizante para mostrar que había llegado primero. Yo estaba siguiendo en el reproductor de MP3 las vicisitudes de Juan Dahlmann y no le dije nada, no merecía la pena discutir. Ella sonrió.

miércoles, 18 de enero de 2012

Requiem voor een klavecinist



Ha muerto Gustav Leonhardt, intérprete que me ha proporcionado y que sin duda me seguirá proporcionando muchos momentos de gozo, de esa felicidad que supone escuchar la música barroca.

South Carolina's black legislators



Una de las escenas más memorables (y vergonzosas) de El nacimiento de una nación, película memorable (y vergonzosa), es la de los legisladores negros de Carolina del Sur: ponen los pies descalzos y sucios sobre las mesas, beben, se comportan como salvajes. Los antiguos esclavos, después de todo, no habían recibido ninguna educación, habían sido tratados como niños por sus dueños, que les llamaban boys. Hace unos días leí la triste autobiografía de Frederick Douglass: las dificultades que tuvo que pasar para aprender a leer.

El caso es que aquella escena de la película de Griffith recuerda mucho la de una clase de la ESO: alumnos desganados, procaces, ruidosos, asalvajados, que ni siquiera saben guardar la compostura. A muchos de ellos no les interesa nada.



Las generaciones de esianos se van sucediendo; ya hace veinte años de la LOGSE. Algunos maduran un poco cuando se convierten en adultos; otros, no maduran nunca, se convierten en esianos permanentes, acostumbrados a exigir derechos sin por ello ser conscientes de que éstos conllevan unas obligaciones, convencidos de que lo deben tener todo, de que lo deben tener ya.

martes, 17 de enero de 2012

Contra la discriminación



Les he hablado a los alumnos de 4º de los agotes: marginados durante siglos por su origen, vivían en arrabales, eran sucios, contagiaban enfermedades innombrables, se tenían que casar entre ellos.

Intentaron confundirse con el resto, no siempre con éxito.

lunes, 16 de enero de 2012

Culpable, siempre culpable

Reunión de profesores, no un claustro, porque en mi instituto no hay claustros: reunión para informar al profesorado. La jefa de estudios cuenta lo que sucedió el jueves pasado, el día que falté, que estuve en el hospital, con mi padre. A última hora, la profesora de guardia estaba cubriéndome. Varios alumnos expulsados. De 1º, de 2º, de 3º, de 4º. Al menos cuatro profesores habían expulsado a algún alumno. Los expulsados comienzan a meterse con la única alumna que también estaba en el aula de resolución de conflictos. En un momento dado, uno de ellos se baja los pantalones. El director dice que la profesora de guardia no podía ocuparse de los alumnos expulsados, porque estaba en una clase sin profesor, porque estaba en la clase de... Y aquí pronunció mi nombre. No mencionó ningún otro nombre, sólo el mío: el culpable de siempre.

domingo, 15 de enero de 2012

La senda del perdedor

Estoy leyendo este libro de Bukowski, La senda del perdedor: esa sensación de haber nacido en el lado equivocado, el lado de los débiles, de los feos, de los perdedores.

jueves, 12 de enero de 2012

Grey stocking

Llevaba un vestido de lana gris, botas de media caña negras, sin tacón, y, ay, medias de lana grises, que me hubiera gustado rozar con la punta del dedo. Pelo rubio, no muy largo. Algo menos de 1,70. Como diría alguien: la higiene del éxito. Estábamos en un curso de profesores. Ella llegó tarde, cuando ya me lamentaba por su ausencia: casi se puede decir que sigo asistiendo a ese curso para contemplarla.

Cuando se acercaba el final, se sentó conmigo para hacer una actividad. Disimiló muy bien el asco que le provocaba.

miércoles, 11 de enero de 2012

Psicología del efrit

El del pescador y el efrit es uno de los cuentos más inquietantes de Las mil y unas noches, al menos para mí: la muerte como premio. Un pobre pescador encuentra un jarrón en el que durante cientos de años ha estado encerrado un genio. Éste había tomado al principio la determinación de premiar generosamente a quien le liberara. El tiempo pasa lentamente, el efrit está desesperado: decide matar a quien le saque de su encierro. ¿Por qué?

Ahora lo voy entendiendo: llega un momento en que se pierde la ilusión porque no se logra aquello por lo que se estaba luchando, llega el desánimo, no se le encuentra sentido a nada.



El pescador consigue, mediante un ardid, que el genio vuelva a meterse en el jarrón; tantos años de encierro han embotado, sin duda, su inteligencia. Se conservan hasta dos finales de la historia: en uno de ellos, el jarrón es arrojado de nuevo al mar, y el genio continúa rumiando su rabia; en el otro final, el genio convence al pescador para que le libere de nuevo, prometiéndole esta vez no la muerte sino riquezas innumerables.

Mi propia historia no tiene un final feliz.

martes, 10 de enero de 2012

El director no me saluda

Hoy en el pasillo, me he quedado hablando con el profesor de Religión: hacía casi tres semanas que no le veía y le estaba dando cuenta de mis últimas lecturas. De pronto vi que el director se acercaba. Le había estado evitando hasta ese momento; ayer salí muy pronto y no me lo encontré. Ahora no podía evitarle. De pronto, me doy cuenta de que apresura el paso, entra en la clase de 1º: ¡él también me está evitando!

Este año, en el concurso de traslados, tendré que pedir un nuevo centro: esta situación es insostenible.

lunes, 9 de enero de 2012

Ritorno all'inferno



Regreso al instituto. Saludos a los compañeros. Encuentro con los alumnos.

Uno de los libros que he leído en el hospital ha sido Un día en la vida de Iván Denisovich (o Iwan Denissowitsch, pues era una traducción directa... del alemán). La sensación de que mis días no son mejores que los de un preso de un campo de concentración: seis meses de condena hasta el verano.

martes, 3 de enero de 2012

Hospitalización

Hoy ingresan a mi padre. Otra vez.

A finales de noviembre le operaron la garganta. Un médico mayor dijo que la zona a tratar estaba demasiado escondida, que necesitaba cirugía; un médico joven, el que iba a operar, se empeñó en que podría eliminar todo el tumor con láser. A la vista está que se equivocaba.

Lo peor es que estoy más preocupado porque voy a perder varios días de vacaciones, varios días de permanecer acostado leyendo y leyendo, de permanecer horas y horas viendo temporadas enteras de las series que he bajado de internet. Ahora me esperan unos días en que tendré que mendigar para conseguir tiempo para mí mismo, tiempo de soledad.

lunes, 2 de enero de 2012

Pneuma

Ayer, mientras veía el concierto de Neujahr, comenzaron a escucharse ruidos en el dormitorio. En ocasiones, son las paredes las que gimen, pero esto tiene una fácil explicación: mi piso lo construyó Aifos que, desde luego, no se preocupó ni por la calidad de los materiales ni por la solidez del edificio sino sólo por ganar más y más y más dinero recortando costes. Los ruidos del dormitorio tienen otra explicación. Sé que hay alguien allí, alguien que revuelve los cajones, observa mi ropa, toca mis zapatos. Pero es tímido: nunca utiliza la misma habitación que yo y es ordenado, es decir, trata de dejar las cosas como las encontró, como si quisiera que yo no supiera que él esta aquí.

Podría ser peor.

domingo, 1 de enero de 2012

Dos mil doce

Un nuevo año, sin expectativas. No espero nada... Se entiende que nada bueno.



Si fuera cierto que el mundo se va a acabar... El calendario maya sólo contaba hasta el 2012, aunque, de todos modos, su mundo, el mundo maya, acabó a sangre y fuego hace quinientos años.