sábado, 25 de febrero de 2012

En la capital


Esta mañana voy a la capital. He quedado con un amigo. Tomaremos un chocolate con churros, visitaremos la catedral, recorreremos El Corte Inglés y, delante de una cerveza en el Gambrinus, nos deleitaremos con la camarera. Después iremos al centro comercial y comeremos algo, un bocadillo o un plato combinado, y decidiremos qué película ver. Intentaré que sea la última de Denzel Washington, aunque él seguro que preferirá la de Nicholas Cage. Yo no soporto a este actor, pero supongo que, si es la única alternativa, no podré hacer nada.

Y nos contaremos lo que ha pasado estas últimas semanas que llevamos sin vernos. Él lleva años en un instituto y probablemente se jubilará allí. No dejan de ofrecerle cargos. Él contará la historia desde el punto de vista de Wellington.

En cuanto a mí. ¿Qué decir? Esta semana ha sido horrible. Ya lo fue la semana pasada. Cada día, un Waterloo pedagógico.

martes, 21 de febrero de 2012

Hipias



Ayer encontré una mancha de humedad en la pared. No una sola mancha, sino varias, caprichosas, con formas extrañas. Al principio creí que había reventado otra vez la conducción de la calefacción. Más tarde llegué a la conclusión de que tenía algo más que ver con la bañera, que se haya situada al otro lado.

Hoy he comprado silicona para sellar unas pequeñas oberturas que encontré en los bordes de la bañera. Creo, espero que sean la causa de la filtración.

Me gustaría ser como Hipias de Élide, ese filósofo griego que, al tiempo que se ocupaba de tonterías sofísticas, era capaz de confeccionar su propia ropa, de fabricarse sus propios zapatos. Pero me temo que yo no soy tan práctico.

viernes, 17 de febrero de 2012

Ketty Garat



¡Ketty Garat ha vuelto! Ha pasado varias semanas preparando un libro y, una vez entregado, regresa al día a día. Sigue tan radiante como siempre. ¡Y sigue sin novio! Como le dijo Marco Vinicio a Ligia: tengo envidia hasta del techo que te cobija y del que te cobije en el futuro.



Su futuro novio, su futuro marido la tratará como aquel campesino que encontró el tesoro visigodo y que, ignorante de su valor, se lo entregó a sus hijos como si fuera una baratija.

sábado, 11 de febrero de 2012

Stalin


Escribir un libro contra Stalin no tiene ningún mérito, un libro que le critique, que denuncie sus crímenes públicos y privados. Más meritorio sería un libro que le elogiara, que lo tratara como un gran gobernante, el que convirtió la Unión Soviética en la segunda potencia mundial, el que sacó la mayor parte del territorio de la Edad de Piedra. Ese libro sí que merecería la pena leerlo, un libro donde se justificara a Stalin.

jueves, 9 de febrero de 2012

María Teresa Fernández de la Vega



Después de salir del Gobierno un poco por la puerta trasera, la nombraron consejera de Estado, donde volvió a convencerse de su propia importancia; de nuevo la higiene del éxito.

Por cierto, esa expresión, la higiene del éxito, procede de Robert Walser. Se refería al aspecto juvenil de un Thomas Mann anciano.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Ray Cole



Ahora he comenzado con la segunda temporada de The Wire, una serie magnífica. Ray Cole es uno de mis personajes preferidos: un detective de Homicidios torpe, calamitoso. Exactamente como yo. Al parecer, sólo espera ya la jubilación.

viernes, 3 de febrero de 2012

George Metesky



Todo comenzó cuando sufrió un accidente en el trabajo y le despidieron sin ninguna indemnización. Era un tipo tan insignificante que nadie le hizo caso: no era capaz de cometer los delitos atroces de los que se acusaba. Sus crímenes eran más grandes que él mismo.

Al principio, tenía toda la razón, pero la perdió cuando comenzó a poner bombas. Sin embargo, él nunca se consideró culpable de nada: la sociedad era culpable, no él.

Pudieron condenarle a muerte, pero prefirieron internarle en un manicomio.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sahra Wagenknecht



Tenemos que aguantar que nos gobierne una canciller con aspecto de directora de escuela decimonónica. ¿Qué ocurriría si fuera Sahra Wagenknecht la canciller alemana? Es tan hermosa...



Sería una bella carcelera. Cruel, pero bella.