lunes, 21 de noviembre de 2011

Biblioteca Clásica Gredos

Me acaba de llegar un paquete de libros, cuatro tomos de la Biblioteca Clásica Gredos. Lo he abierto con devoción casi religiosa: los estaba esperando desde hacía algunas semanas. En mis años universitarios, cuando me gustaba leer clásicos griegos y romanos, estos volúmenes me resultaban caros, dispendiosos; tenía que conformarme con libros de bolsillo. Luego, durante mucho tiempo, abandoné estas lecturas: me parecía más importante mantenerme al tanto de la actualidad literaria. Ahora que tengo más dinero y que, sobre todo, acabo de comprar una nueva estantería, he vuelto a los clásicos de Grecia y Roma.

Los libros que me han llegado son las Epístolas morales a Lucilio, las obras de Salustio y las Historias curiosas de Claudio Eliano. Excepto éste último, ya los he leído los otros libros dos o tres veces. Séneca y Catilina fueron muy importantes en algún momento de mi vida. Ahora tengo que releer libros de filosofía, porque, como decía Shakespeare, es el bálsamo de la adversidad.



¿Qué pensarían estos autores, releídos, admirados durante siglos, si supieran que en esta época sólo se ocupa de ellos un pobre agote?