martes, 13 de marzo de 2012

El día en que me rapé la cabeza

Hoy me he levantado más temprano que otros días. Lo primero que he hecho ha sido cambiar las sábanas. He colgado las que quitaba en el tendedero del balcón. Me hubiera gustado lavarlas, pero no tengo suficiente agua, y no puedo desaprovecharla.

Después, decidí hacer algo con mi pelo. Hace días que el picor de la cabeza es horrible, insoportable. Supuse que después de un tiempo, me acabaría acostumbrado. Pero no ha sido así. Me he rapado la cabeza. Primero me he cortado el pelo con las tijeras y más tarde me lo he repasado con una maquinilla. He tardado casi una hora y me he hecho muchos cortes, tantos, que no me atrevido a atacar la barba.

Luego me he mirado en el espejo. No lo hago a menudo. He contemplado el rostro enflaquecido y macilento de un extraño, .

He estado sentado en el salón sin hacer nada durante un buen rato. Con todo el peso de la situación sobre mí.