miércoles, 7 de marzo de 2012

Antonio Castro Pimentel



Paseaba tranquilamente por el centro de Madrid, con su familia, cuando una bala le alcanzó en el ojo izquierdo, que explotó. Un policía municipal estaba tratando de reducir a un hombre que empuñaba un cuchillo.

Hace unos días se celebró el juicio: el policía municipal ha sido absuelto. Se puede pensar que actuó correctamente, pues, después de todo, se estaba enfrentado a un criminal. Lo más curioso de la sentencia, es que no se concede ninguna indemnización a pobre viandante, Antonio Castro Pimentel, un carpintero de Córdoba que no ha podido trabajar desde entonces y que, como autónomo, ha tenido que asumir todos los gastos médicos. Falto de medios, ni siquiera ha podido recurrir la sentencia: sólo los ricos pueden recurrir.

Antonio Castro se hallaba en Madrid visitando una feria de muestras de ventanas. Iba a tomarse un refresco en una terraza de la calle Arenal. Una bala perdida se llevó su vida.