Quedaba pan de ayer. Lo cogí. Ella me miró y se levantó. Fue a la panera y trajo un coscorrón que debía llevar allí semanas.
–Veo que te gusta el pan duro. Toma. Nunca sé qué hacer con él.
Lo toqué. Parecía cemento.
–Veo que te gusta el pan duro. Toma. Nunca sé qué hacer con él.
Lo toqué. Parecía cemento.