Por la mañana le despertaron los
tambores. Se sintió pesado. Juntó los rescoldos de la lumbre, cortó otro trozo de carne de su hermano y lo puso
en las ascuas. Bajó a la fuente a traer
agua. Recordó las veces que su hermano le había acompañado. Habían
compartido el agua y la comida casi desde su nacimiento. Sintió que las
lágrimas le corrían por el rostro. Se obligó a seguir comiendo.