Ayer, como todos los días, me conecté a internet y me puse a escuchar el programa matutino de la BBC 2. Me llevé una triste sorpresa: Ken Bruce había regresado. ¡Qué disgusto! Durante unos días, estuve disfrutando de la hermosa y sugestiva voz de Claudia Winkleman. Ella consiguió engancharme al programa. Hace una semana me sedujo con una canción de Keane, Bend and break: por una vez le encontré sentido a la letra. Claudia dijo que la canción le gustaba mucho; no sonaba a falso: todos los locutores simulan que les gustan las canciones que programan. Inmediatamente descargué Bend and break y la aposenté en el reproductor de MP3.
Hasta ahora, mi canción preferida de Keane era This is the last time, la sintonía de despedida de un programa dominical de deportes. A las una de la noche suelo, solía dejar el libro que estaba leyendo y conectar la radio: iba a empezar un programa que me gusta especialmente. El programa de deportes terminaba, casi siempre tarde, y se despedía con la canción de Keane. Así acababa el fin de semana.
Ahora prefiero Bend and break. En fin, se acabó Claudia: I won’t meet her in the morning when I wake, not anymore, I won’t meet her on the other side, I won’t meet her in the light.
(Menos mal que Mrs. Winkleman ni habla castellano ni tiene tiempo de leer lo que de ella se escribe en internet: de mí pensaría que estoy un poco loco, lo que no se aleja demasiado de la realidad.)
Hasta ahora, mi canción preferida de Keane era This is the last time, la sintonía de despedida de un programa dominical de deportes. A las una de la noche suelo, solía dejar el libro que estaba leyendo y conectar la radio: iba a empezar un programa que me gusta especialmente. El programa de deportes terminaba, casi siempre tarde, y se despedía con la canción de Keane. Así acababa el fin de semana.
Ahora prefiero Bend and break. En fin, se acabó Claudia: I won’t meet her in the morning when I wake, not anymore, I won’t meet her on the other side, I won’t meet her in the light.
(Menos mal que Mrs. Winkleman ni habla castellano ni tiene tiempo de leer lo que de ella se escribe en internet: de mí pensaría que estoy un poco loco, lo que no se aleja demasiado de la realidad.)