miércoles, 18 de enero de 2012

South Carolina's black legislators



Una de las escenas más memorables (y vergonzosas) de El nacimiento de una nación, película memorable (y vergonzosa), es la de los legisladores negros de Carolina del Sur: ponen los pies descalzos y sucios sobre las mesas, beben, se comportan como salvajes. Los antiguos esclavos, después de todo, no habían recibido ninguna educación, habían sido tratados como niños por sus dueños, que les llamaban boys. Hace unos días leí la triste autobiografía de Frederick Douglass: las dificultades que tuvo que pasar para aprender a leer.

El caso es que aquella escena de la película de Griffith recuerda mucho la de una clase de la ESO: alumnos desganados, procaces, ruidosos, asalvajados, que ni siquiera saben guardar la compostura. A muchos de ellos no les interesa nada.



Las generaciones de esianos se van sucediendo; ya hace veinte años de la LOGSE. Algunos maduran un poco cuando se convierten en adultos; otros, no maduran nunca, se convierten en esianos permanentes, acostumbrados a exigir derechos sin por ello ser conscientes de que éstos conllevan unas obligaciones, convencidos de que lo deben tener todo, de que lo deben tener ya.