miércoles, 11 de enero de 2012

Psicología del efrit

El del pescador y el efrit es uno de los cuentos más inquietantes de Las mil y unas noches, al menos para mí: la muerte como premio. Un pobre pescador encuentra un jarrón en el que durante cientos de años ha estado encerrado un genio. Éste había tomado al principio la determinación de premiar generosamente a quien le liberara. El tiempo pasa lentamente, el efrit está desesperado: decide matar a quien le saque de su encierro. ¿Por qué?

Ahora lo voy entendiendo: llega un momento en que se pierde la ilusión porque no se logra aquello por lo que se estaba luchando, llega el desánimo, no se le encuentra sentido a nada.



El pescador consigue, mediante un ardid, que el genio vuelva a meterse en el jarrón; tantos años de encierro han embotado, sin duda, su inteligencia. Se conservan hasta dos finales de la historia: en uno de ellos, el jarrón es arrojado de nuevo al mar, y el genio continúa rumiando su rabia; en el otro final, el genio convence al pescador para que le libere de nuevo, prometiéndole esta vez no la muerte sino riquezas innumerables.

Mi propia historia no tiene un final feliz.