Poco a poco, sigo leyendo, el libro de Tasso. Viaje a Lima; como compañero de avión tiene a un tipo gordo, calvo, sudoroso, que, adormilado, está a punto de echar la cabeza sobre su hombro. Este paquidermo le asquea.
Por eso la gente y especialmente las mujeres siempre evitaban sentarse a mi lado en el autobús: les daba asco.